Anciano que muere de cáncer se desmorona al despedirse de sus perros

La brutalidad casual de la muerte y la enfermedad siempre ha sido un cruel recordatorio de la naturaleza transitoria de la vida. Es la desgarradora historia de un abuelo moribundo y sus 2 perros fieles llamados Arong y Asoon, quienes están atormentados por su inminente adiós. Es un rompecorazones absoluto y necesitarás esos pañuelos a mano.

Para el abuelo, Arong y Asoon no eran solo mascotas, eran su familia. Los cuidó y crió como niños, mientras que todo el mundo de los perros giraba en torno a su anciano. Pero su pequeño y feliz paraíso se vino abajo cuando a su abuelo le diagnosticaron cáncer. Se volvió demacrado y más débil cada día, pero aún cuidaba de Arong y Asoon lo mejor que podía.

Crédito de la imagen/Fuente de la historia: video de Youtube

Un día, el abuelo sufrió un derrame cerebral y se desplomó, y tuvieron que llevarlo de urgencia a la sala de emergencias. El veredicto fue alto y claro: el pobre hombre no tenía mucho tiempo. Pero incluso cuando la vitalidad se deslizó entre sus dedos como arena, solo pensó en el destino de sus 2 amados perros.

Mientras el abuelo estaba en el hospital, Arong y Asoon estaban plagados de ansiedad. Estaban llorando y gimiendo como si supieran que algo siniestro estaba a punto de suceder. Un amable vecino se hizo cargo de las necesidades de los perros mientras el abuelo estaba fuera, pero los perros estaban desconsolados pensando en el aterrador futuro.

En este video, vemos al abuelo parcialmente paralizado aceptar su enfermedad terminal y decidir estar bien con sus hijos peludos. Se lamenta de ser un padre anciano «incapaz» para Arong y Asoon, y rompe a llorar cuando decide «no lastimarlos dos veces». Él confía a la pareja a un grupo de protección de animales con la esperanza de que vivan prósperamente después de su muerte.

Crédito de la imagen/fuente de la historia: video de Youtube

Antes de ser entregados al grupo de asistencia social, Arong y Asoon son llevados al hospital para despedirse entre lágrimas de su preciado ser humano. Pero los perros saben intuitivamente que este es su último momento juntos y rechazan el arreglo por completo. Le dan la espalda al abuelo y gimen suavemente para hacerle saber que aún no están listos para separarse de él.


Los rostros deprimidos de Arong y Asoon expresan su profunda conciencia de la situación vulnerable. Se dan cuenta de que el final del abuelo está cerca, pero siguen negándolo y le ruegan que aguante un poco más. Las palabras nos fallan en la desolación de ver el corazón del abuelo destrozado en un millón de pedazos.

Crédito de la imagen/fuente de la historia: video de Youtube

Después de que Arong y Asoon se instalaron en el refugio, el abuelo los vio florecer a través de una videollamada. Fue un momento agridulce para él saber que ningún daño volverá a sucederle a sus seres queridos. Si bien al abuelo le quedaban 2 o 3 años de vida, murió solo un mes después de la videollamada. Descansa en paz abuelo, fuiste verdaderamente valiente y tu amor por Arong y Asoon siempre será inmortal.

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