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Un estudio ha revelado cómo estos animales disparan sus dardos venenosos, un proceso del que hasta ahora solo se conocían nociones.

Última actualización: 26 de agosto de 2022
Las anémonas de mar, esos animales que parecen plantas si te los encuentras por primera vez, son capaces de lanzar dardos venenosos a una velocidad de vértigo. De hecho, son tan extremadamente rápidos que no ha sido posible estudiar en detalle la arquitectura de estas armas naturales hasta ahora.
En este artículo tienes en detalle cómo funciona todo este proceso de rodaje. No te pierdas nada, porque aquí está la demostración de que la complejidad puede existir en las cosas más pequeñas y más alejadas de nuestra percepción. Comenzamos.
Contents
¿Qué es una anémona de mar?
Lo primero será conocer con más detalle los animales que son los protagonistas del estudio. Las anémonas son cnidarios que pertenecen al orden Actinaria y están emparentadas con los corales y las medusas. Como su nombre indica, viven en el mar; precisamente, en el fondo, donde se adhieren al sustrato o rocas gracias a su disco de pedal.
Son pólipos solitarios que se elevan sobre su cuerpo cilíndrico para extender sus tentáculos alrededor de su disco bucal, donde se encuentra la apertura del sistema digestivo. Es en estos tentáculos donde se encuentran sus armas, los nematocistos.
Nematocistos, armas naturales muy complejas
Un nematocisto, también llamado cnido, es un orgánulo subcelular creado por cnidocitos, células especializadas en la creación de estas picaduras.. Están presentes en los cnidarios en general, no solo en las anémonas, por lo que es posible que desee leer sobre ellos si está documentando, por ejemplo, medusas venenosas.
Siendo su función inocular veneno (o anclarse al fondo del mar en caso de corriente), los nematocistos se presentan en forma de una cápsula delgada unida a un hilo tubular. Algunos de ellos tienen pequeñas espículas que funcionan como un arpón, es decir, penetran fácilmente en la presa pero no salen.
No todos los nematocistos tienen espículas, ya que algunos están hechos para perforar la piel de las presas y retraerse rápidamente.
Revelado el misterio de cómo lanzan sus aguijones las anémonas de mar
Este proceso, en el que los cnidarios desencadenan sus nematocistos, es tan rápido que en las anémonas de mar sólo se ha obtenido una noción aproximada de cómo funciona. En junio de 2022 estaba completamente detallado, tanto el mecanismo como la arquitectura, según confirma el estudio publicado en la revista La naturaleza.
La especie utilizada para el experimento fue Nematostella vectensis, Originario de lagunas saladas y estuarios poco profundos en la costa oeste de los Estados Unidos. Sus tentáculos están armados con cientos de aguijones venenosos (nematocistos) que ayudan a esta anémona de mar a cazar presas, incluidos camarones y plancton de su entorno.
los Nematostella vectensis es capaz de agarrar su comida en una centésima de segundo. Como puede imaginar, se necesitó algo de ingenio y tecnología moderna para apreciar todo el proceso en detalle.
La mecánica del desencadenamiento de nematocistos
Para registrar todo el proceso por el cual estas anémonas de mar liberan sus aguijones, los científicos utilizaron tinte fluorescente inoculado en los cuerpos de los animales y tecnología de microscopía electrónica de barrido. Así lograron una reconstrucción tridimensional de todo el proceso.
El hilo que sale del aguijón es el encargado de inocular el veneno. Antes de salir del nematocito, se envuelve alrededor de un eje central. Este eje es el que se dispara por estímulos mecánicos, extendiéndose y girando como un calcetín. Gracias a este impulso, el filamento que contiene el veneno corre hasta el extremo de la vara, penetrando con él en el cuerpo de su víctima.
La tasa de descarga del nematocisto se debe a la acumulación de presión osmótica dentro de la cápsula.
Una vez que la anémona de mar Nematostella vectensis tira de tu dardo de esta manera, lo pierdes. Luego tiene que recrear uno, un proceso realizado por células llamadas nematocitos. Estas son también las cápsulas que revientan para liberar el nematocisto.
La importancia de este descubrimiento.
Este estudio demuestra la complejidad del mecanismo desencadenante del nematocisto, que funciona como una microestructura biológica autoensamblada. Conocer todo este proceso al detalle no solo desvela un misterio más de la naturaleza, sino que abre todo un campo de estudio en el que los humanos, una vez más, la imitamos para mejorar nuestra vida.
Estos orgánulos altamente sofisticados son un modelo ideal para dispositivos a microescala. La tecnología médica, por ejemplo, se beneficiaría enormemente de un dispositivo a microescala que dispare sustancias ante ciertos estímulos.
En este tipo de estudio está la prueba de que debemos seguir investigando en aquellos planos que están fuera de nuestra percepción. Romper con la idea de que somos los seres más complejos de la Tierra es la clave para seguir entendiendo el mundo y mejorando nuestra vida.
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